¿Te ha pasado que justo antes de hablar en público te sudan las manos, se acelera tu corazón y sientes que podrías olvidar todo? A mí sí me pasó… y muchas veces.
Lo más frustrante es que sabes lo que quieres decir, pero el cuerpo parece no cooperar. Esa desconexión genera más inseguridad… y a veces ganas de salir corriendo.
Con el tiempo descubrí algo clave:
Los nervios no son el problema. La falta de herramientas sí.
Hoy quiero compartirte cinco claves sencillas pero efectivas para que empieces a transformar tus nervios en presencia, claridad y confianza.
1. Respira para volver a ti
Cuando estamos nerviosas, respiramos de forma rápida y superficial, lo que aumenta la ansiedad. La respiración consciente actúa como un ancla. Te trae al presente.
🧘♀️ Ejercicio práctico:
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Inhala por la nariz en 4 tiempos
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Sostén el aire 4 segundos
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Exhala lentamente por la boca en 6 tiempos
Repite 3 veces antes de hablar.
Te sorprenderá lo rápido que tu cuerpo responde.
2. Visualiza el éxito (no el caos)
Si tu mente imagina que todo saldrá mal… es probable que tu cuerpo reaccione en consecuencia.
📌 Tip: Antes de tu presentación, cierra los ojos por un momento. Imagínate a ti misma hablando con claridad, sonriendo, conectando con el público y cerrando con éxito.
Tu cerebro no distingue entre lo real y lo imaginado. Entrénalo a tu favor.
3. Prepárate de forma estratégica
La preparación da confianza. Pero no se trata de memorizar palabra por palabra.
✅ Ten clara la estructura de tu charla
✅ Conecta con el mensaje principal
✅ Ensaya en voz alta y cronometra
✅ Anticipa posibles preguntas
Esto te permite fluir con naturalidad sin depender de un guion rígido.
4. Crea tu ritual previo
Así como las deportistas tienen rituales antes de competir, tú también puedes tener uno antes de salir a escena.
🎧 Escuchar una canción
💃 Mover el cuerpo
🪞Repetirte una afirmación
🧘♀️ Respirar profundo
Una rutina te ayuda a conectar contigo y entrar en “modo presencia”.
5. Acepta los nervios como parte del camino
Spoiler: no existe la presentación perfecta sin nervios.
Pero sí puedes elegir cómo convivir con ellos.
💡 En lugar de pensar “estoy nerviosa”, prueba decirte: “Estoy emocionada”.
Este pequeño cambio de lenguaje puede alterar completamente tu experiencia.
No necesitas eliminar los nervios para hablar bien. Solo necesitas herramientas para gestionarlos.
La respiración, la visualización, una buena preparación, tus propios rituales y la aceptación de lo que sientes son tus aliados para brillar en el escenario (y en la vida).
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